Qué es la astenia

Cuando llega la primavera, en ocasiones, sentimos un cansancio repentino que, realmente, no sabemos de dónde proviene, puesto que no hemos realizado ninguna actividad previa que pueda habernos llevado a él. De hecho, según varias encuestas, el 56% de las personas están más cansadas y notan que les falta energía cuando llega esta estación. ¿Por qué?

Esto se conoce como astenia primaveral y, aunque este término se utiliza para referirse a un trastorno afectivo estacional, lo cierto es que la astenia es una condición clínica que se presenta en muchas enfermedades crónicas y agudas.

¿Quieres saber más sobre esta condición clínica? ¡No dejes de leer! En este artículo te contamos cuáles son sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y algunos aspectos, como qué es la astenia primaveral y otoñal o las diferencias entre astenia y miastenia.

 

¿Qué es la astenia?

Dolor de cabeza o cansancioLa astenia es una condición en la que el cuerpo se caracteriza por la pérdida de fuerza, debilidad o falta de energía, ya sea en una parte específica del cuerpo o en su totalidad. Generalmente, las personas que experimentan esta debilidad, no pueden mover una determinada parte de su cuerpo correctamente.

Por tanto, la astenia no es una enfermedad, pero sí un signo común de muchas afecciones médicas agudas y crónicas. Por ejemplo, se presenta en muchas enfermedades crónicas debilitantes, como la anemia y el cáncer, y es más marcada en las enfermedades de la glándula suprarrenal.

Además, también puede desarrollarse como efecto secundario de algunos medicamentos.

Como hemos dicho anteriormente, la astenia puede limitarse a algunos órganos o sistemas, como la astenopia, caracterizada por la fatiga de la visión, o la astenia neurocirculatoria, un síndrome clínico muy común, que se caracteriza por la dificultad para respirar, palpitaciones del corazón, mareos e insomnio.

Esta condición clínica puede afectar a cualquier persona y no discrimina por edad, raza o género. Además, cada paciente la experimenta de una forma diferente, lo que hace que su diagnóstico sea bastante complicado. Normalmente, se aplica a situaciones en las que una persona experimenta fatiga, alteraciones en sus patrones de sueño e hiperestesia, o un aumento de la sensibilidad a diversos estímulos.

Causas y síntomas de la astenia

A la hora de hablar de las posibles causas de la astenia, hay que tener en cuenta que puede ser causada por varios factores, ya sea por problemas subyacentes, medicamentos o el propio envejecimiento natural.

De hecho, con el aumento de la edad se reduce la capacidad de las células y tejidos del cuerpo para mantener estrés, por lo que los síntomas de astenia se ven con más frecuencia. Las infecciones prolongadas en el cuerpo, como tuberculosis, hepatitis o endocarditis infecciosa, también pueden causar esta condición y tener un efecto debilitante en los músculos.

En este sentido, las enfermedades como la miastenia gravis, que implica debilidad rápida y generalizada, y otras condiciones crónicas, como insomnio, diabetes, enfermedad renal y cáncer, también pueden afectar la calidad de vida y provocar astenia.

No obstante, la principal causa de fatiga y lo que representa casi la mitad de los casos de astenia es la ansiedad o depresión. De hecho, en la mayoría de los casos no se reconoce y no se diagnostica. Generalmente, lo experimentan individuos que sufren una enfermedad que limita su vida e interfiere con el estado funcional y la calidad de vida del paciente.

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Otra de las causas es un estilo de vida sedentario. Según la Organización Mundial de la Salud, del 60 al 85% de las personas en el mundo carecen de la cantidad necesaria de actividad en su día a día, lo que provoca que sus músculos sean más débiles.

El embarazo también se asocia con fatiga y bajos niveles de energía, sobre todo durante el tercer trimestre. Esta reducción de los niveles de energía se puede deber a la alteración de los niveles de progesterona.

Por otro lado, las complicaciones de la terapia con medicamentos son muy habituales y, entre los síntomas comunes, se encuentra la debilidad de los músculos, aumento de los niveles de enzinas y cambios electromiográficos. Las combinaciones de un fibrato y una estatina o ciclosporina y colchicina, pueden inducir graves miopatías.

Por último, algunos de los medicamentos de la quimioterapia también pueden afectar a la salud en general y movilidad del individuo, así como la deficiencia de vitaminas, que hace que la persona se maree, canse y sea incapaz de realizar actividades diarias.

En cuanto a los síntomas, estos pueden ser a corto plazo, crónicos o intermitentes, y, generalmente, dificultan que el individuo realice o finalice una tarea. Los más comunes son fiebre, cansancio, pérdida de la energía, calambres musculares, ausencia o pérdida de la fuerza de los músculos, episodios de temblores, sensación de temblor, dolor en las articulaciones, deterioro de la atención, dolor insoportable, sueño inquieto y pérdida repentina del conocimiento.

¿Cuál es su diagnóstico y tratamiento?

Para el diagnóstico de las astenia se realiza una análisis de orina y sangreEl diagnóstico de la astenia puede resultar complicado, puesto que cada persona lo experimenta de forma diferente. No obstante, es esencial para determinar el mejor tratamiento.

Una de las primeras acciones que realice el profesional de la salud es pedir una muestra de orina y solicitar una muestra de sangre para enviarlas las dos al laboratorio para su análisis, El objetivo es buscar signos de infección y posibles afecciones médicas que puedan causar la astenia.

Además, si entre los síntomas se encuentra el dolor, el profesional de la salud también puede ordenar una prueba de imágenes para observar el área, como Rayos X, resonancia magnética, tomografía computarizada y ultrasonidos. También puede pedir un escáner cerebral y un electrocardiograma si tiene sospechas de ataque cardíaco o derrame cerebral.

Una vez realizado el diagnóstico, el tipo de tratamiento que reciba una persona depende de la causa de la astenia. Si, por ejemplo, se produce por una enfermedad aguda o crónica, la astenia puede desaparecer después del tratamiento específico para esa patología.

En cuanto a las personas que experimentan astenia como efecto secundario de un medicamento en particular. Siempre que sea posible, el médico puede recomendar reducir la dosis del medicamento o cambiar a otro fármaco. No obstante, es importante destacar que una persona no debe dejar de tomar la dosis del medicamento si el médico no le haya dicho que es seguro hacerlo.

Se pueden administrar antidepresivos como tratamiento de la depresión.Si la astenia está provocada por trastornos del sueño, la persona debe acudir a un especialista, al igual que si se debe a trastornos neuróticos relacionados con el estrés, ansiedad generalizada, ataques de pánico y trastornos de adaptación. Si es depresión, se pueden administrar antidepresivos, aunque también se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual puede ser útil.

La fisioterapia también puede ayudar a tratar la astenia a través de la movilización y asistencia en la participación de ejercicios de fortalecimiento muscular, así como la terapia ocupacional, sobre todo después de la quimioterapia o la cirugía.

Diferencias entre astenia y miastenia

Tanto la astenia como la miastenia se caracterizan porque ambas involucran cansancio y debilidad en una o más partes del cuerpo. No obstante, la principal diferencia es que la miastenia, o miastenia gravis, es una enfermedad autoinmune.

Según la American Academy of Ophthalmology, el sistema inmunitario del organismo daña los receptores de los músculos y provoca este tipo de enfermedad. En ella, el sistema inmunitario genera anticuerpos que interfieren con los receptores y, esta interferencia, daña la conexión entre la sustancia química que viaja entre las terminaciones nerviosas y los receptores. Los músculos necesitan esta conexión para funcionar correctamente y, si no la tienen, son más débiles.

Los síntomas de la miastenia provocan dificultad para masticar y tragar.Los síntomas de la miastenia tienden a empeorar cuando una persona está cansada y puede incluir visión doble, párpados caídos, dificultad para hacer expresiones faciales, dificultad para hablar, masticar y tragar, respiración dificultosa y debilidad en las extremidades.

Esta enfermedad no tiene cura, pero sí que existen algunos tratamientos, que dependerán de cuáles son los músculos afectados y lo débiles que están.

¿Qué es la astenia primaveral y otoñal?

Seguramente, en más de una ocasión has escuchado decir a alguien, cuando llega la primavera o el otoño, que está más cansado y necesita descansar. Esto se debe a que los cambios que se producen en estas épocas del año afectan a nuestro organismo y nos pueden provocar astenia. Vamos a ver cada una de ellas.

La temporada de alergias puede provocar astenia.La astenia primaveral se define como una forma de trastorno afectivo estacional, una condición en la que el cambio de estaciones afecta a las personas a nivel fisiológico. Una de sus causas es que el suministro de serotonina del cuerpo se ha agotado durante el invierno y, en primavera, el cuerpo se recupera de nuevo, pero casi no tiene ninguna “hormona de la felicidad” para administrar.

Otra causa es que nuestro cuerpo no se adapta con tanta rapidez al cambio de hora. Por eso, a medida que los días se alargan, las personas pueden tener ganas de levantarse más temprano y permanecer despierto por más tiempo, con el avance gradual del amanecer y del atardecer hasta altas horas de la madrugada.

La temporada de alergias también puede provocar astenia, ya que los bloqueadores de histamina pueden provocar cansancio y somnolencia.

Por otro lado, la astenia también se produce en otoño, provocada, principalmente, por la merma en la luz solar que se recibe.  La causa principal se encuentra en las hormonas que regulan el funcionamiento del cuerpo, que no siempre se adaptan bien a los reajustes de luz, temperatura y horarios en los cambios de estaciones.

¿Cómo se puede prevenir la astenia?

Para prevenir la astenia es necesario realizar ejercicio y llevar una dieta saludable.La forma más eficaz de prevenir la astenia es mantener un estilo de vida activo, es decir, tener horarios adecuados de día, con tiempo libre y algo de ejercicio físico, puesto que este último puede prevenir la astenia.

También es importante pasar tiempo al aire libre, puesto que esto relaja nuestra mente y cuerpo, reduce el estrés y tiene un efecto positivo sobre la salud mental.

La alimentación también es esencial para prevenir la astenia. Llevar una dieta saludable, adecuada y llena de nutrientes mantiene nuestro cuerpo recargado de energía y reduce la fatiga.