Trabajo Social y Educación Social son dos términos que, prácticamente, siempre han ido de la mano. Y, de hecho, son dos profesiones complementarias que tienen muchas similitudes, aunque también algunas diferencias.

Para empezar, tienen el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas y, si a ello se une la figura del psicólogo, es un triángulo perfecto para cualquier intervención en el ámbito de los Servicios Sociales.

Sin embargo, hay personas que todavía dudan entre los límites del Trabajo Social y de la Educación Social, incluidos los propios profesionales de los social.

Por eso, a continuación, os vamos a explicar qué son y cuáles son las diferencias más significativas que existen entre estas dos disciplinas.

 

¿Qué es la educación social? 

La Educación Social se podría definir como la práctica educativa para “contribuir a lograr la armonía, la integración, el equilibrio y la formación de la persona en todos los ámbitos, para, así, colaborar a su desarrollo”.

Así, entre sus objetivos, se encuentra el de lograr la madurez social, preparar al individuo para vivir en sociedad y promover las relaciones humanas.

Por tanto, la educación social es un derecho de la ciudadanía, que se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógica y generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas.

 El educador social crea escenarios de aprendizaje y      desarrollo para que la persona pueda plantearse retos que, si esta profesión no existiese, no se hubiese imaginado nunca. Además, contribuye a crear puentes entre las personas y los grupos de forma que se construye una sociedad mucho más integrada.

 En este sentido, se puede decir que los educadores           sociales son expertos en procesos educativos, pero       también en procesos de interacción social, en gestión     de conflictos y en desarrollo del tejido comunitario.

 

Ámbitos de actuación y funciones de un Educador Social 

La finalidad del educador social es la de mejorar las condiciones de vida de las personas afectadas. Por eso, posee una formación distinta, con un carácter más socioeducativo, que le permite aplicar metodologías basadas en la educación y en el trabajo de las habilidades sociales, personales y profesionales de los ciudadanos.

Su ámbito de actuación se ajusta más a los centros de menores, juveniles, de educación para adultos, de educación especial, de animación sociocultural y centros de servicios a la comunidad.

                                             

Entre las diferentes tareas y funciones que tiene se encuentran:

  • Establecer una relación de confianza con el usuario y su familia para evaluar su caso personalmente y ofrecerle los recursos que necesita.
  • Establecer prioridades y crear condiciones para la participación activa de la familia en las acciones que integran el programa de inserción, así como apoyarla.
  • Diseñar y aplicar programas socioeducativos para mejorar la situación de las personas afectadas, atendiendo a las necesidades de cada grupo.
  • Educar para la salud y para el cuidado personal.
  • Promover la vida asociativa y comunitaria.
  • Animar a los individuos a desarrollar su creatividad e innovación, entre otras habilidades que pueden repercutir positivamente en los ámbitos personales y sociales.

¿Qué es el trabajo social? 

El trabajo social es una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social y el fortalecimiento y la liberación de las personas. En este sentido, los derechos humanos, los principios de la justicia social, el respeto a la diversidad y la responsabilidad colectiva son fundamentales para el trabajo social.

Además, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a los desafíos de la vida y, de esta forma, aumentar el bienestar. Por tanto, es una profesión que busca favorecer el desarrollo de los vínculos humanos saludables y comentar cambios sociales que aumenten ese bienestar.

La finalidad de esta profesión es que cada ser humano se desarrolle de una forma plena.

Áreas de actuación y funciones de un Trabajador Social 

Así, la principal tarea del trabajador social es, como hemos dicho anteriormente, mejorar las condiciones sociales y económicas de las personas.

Para lograrlo, trabaja con minorías, personas en exclusión social, familias en circunstancias extremas, personas inmigrantes o víctimas de violencia de género y, para ello, analiza, elabora, coordina y ejecuta planes, programas y proyectos, que tienen el objetivo de viabilizar los derechos de la población y su acceso a las políticas sociales.

También elabora informes y estudios sociales, puesto que busca analizar las condiciones de vida de la población para poder orientar a las personas y a los grupos sobre cómo pueden acceder a la información que necesitan. 

Entre las actividades que un trabajador social realiza se encuentran:

  • Planificación, ejecución y coordinación de programas y proyectos sociales.
  • Dar informes sociales concretos, que describen problemáticas y proponen soluciones.
  • La orientación de los individuos y grupos en cuanto a sus derechos sociales y hasta que consigan mejorar su situación.
  • Enseñanza en instituciones de educación superior.
  • Estudios e investigaciones sobre la realidad social.
  • Asistir a las personas y les facilita el acceso a la información sobre recursos socioeconómicos.
  • Asesoría y consultoría de instituciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales.

Hay que tener en cuenta que los organismos públicos municipales, estatales y federales de las áreas de salud, asistencia social y seguridad social son las que más necesitan un trabajador social. Aunque lo cierto es que también puede actuar en diferentes ámbitos de la iniciativa privada.

Además, los trabajadores sociales tienen que cumplir dos características esenciales: ser empáticos y saber tratar con personas. A esto se suma que debe tener la capacidad de analizar y comprender situaciones problemáticas, así como buscar sus posibles soluciones.

Diferencias entre ambas

A la hora de poner en práctica ambas profesiones, existen tres aspectos fundamentales que definen las diferencias entre ambos. El primero de ellos es que los trabajadores sociales pertenecen al campo de las ciencias sociales, mientras que los educadores sociales al campo de la pedagogía social.

Además, mientras los trabajadores sociales están orientados a producir cambios sociales mediante el análisis y la elaboración de planes, programas y proyectos de acción y prevención, los educadores sociales buscan mejorar las condiciones de vida de las personas en situaciones difíciles, riesgo o vulnerabilidad, a través de metodologías y contextos socioeducativos, en el campo de la educación no formal.

El tercer aspecto es que los trabajadores sociales atienden a las personas y les facilitan información de los distintos recursos sociales y económicos que necesitan, además de acompañarles en todo el proceso.

A parte de estos tres aspectos básicos, existen más diferencias, como que el trabajador social es más burocrático y tiene menos trato con las personas, mientras que el educador social trabaja de una forma más cercana.

Además, los educadores sociales pueden trabajar en universidades, centros de información juvenil, centros de educación permanente, centros de educación especial, centros de educación de adultos, escuelas de padres, centros de menores, educación intercultural, animación sociocultural, formación profesional y ocupacional. Por su parte, los trabajadores sociales pueden trabajar en Atención Primaria o especializada, justicia, educación, salud, ONGs, empresas, prisión…

Oposiciones servicios sociales 

Una vez conocemos cuáles son las funciones de cada uno y sus diferencias, llegamos a la siguiente pregunta: ¿Es mejor estudiar trabajado social o educación social?

Lo cierto es que la respuesta a esa pregunta es muy subjetiva, ya que depende de los gustos e intereses que tengas, aunque si siempre has querido trabajar ayudando a mejorar las condiciones de vida de las personas, el trabajo y la educación social son buenas opciones.

En este sentido, en la mayoría de las universidades existen grados de educación social o trabajo social. Sin embargo, una vez termines tus estudios, si lo que quieres es una estabilidad laboral y un sueldo para toda la vida, siempre puedes prepararte unas oposiciones.

Así, según lo que hayas estudiado, tienes las oposiciones de Trabajo Social o las de Educación social, aunque ambas corresponden a la categoría profesional A2, es decir, debes de disponer del grado o la licenciatura correspondiente.

Además, una de las opciones que te permite sumar puntos en unas oposiciones son los cursos o programas formativos que hayas realizado. En Formación Alcalá tenemos una gran variedad de cursos relacionados con estos aspectos y, además, especializados, que te permitirán profundizar en temas que realmente te interesen. Si eliges el campo de la educación social te recomendamos el Curso Universitario de Especialización en Educador de calle.

 

Imagen: Curso Superior Universitario en Educador de Calle Acreditado: Universidad Católica San Antonio de Murcia
Curso Superior Universitario en Educador de Calle
Acreditado por Universidad Católica San Antonio de Murcia
480€ 120€
Ver Detalles