Bioética - Qué es, fundamentos y ejemplos

Los continuos avances sobre la biotecnología, ingeniería genética y los estudios con células madre hacen que la bioética esté cada día más presente. Por eso, en este artículo explicaremos qué es esta rama de la ética, cuáles son sus fundamentos y algunos de sus ejemplos.

 

¿Qué es la bioética?

La bioética no es algo sencillo de definir, puesto que existe una gran cantidad de orientaciones, análisis y resoluciones que la conforman. Sin embargo, una posible definición es que es una subdisciplina de la ética que está relacionada, directamente, con los problemas morales de la sociedad

A lo largo de la historia, son múltiples veces las que se han violado los derechos humanos, lo que ha llevado a la existencia de repercusiones negativas y positivas en los avances científicos de la biomedicina en la vida humana, aunque la prioridad era el avance de la industria, a pesar del daño que esta genera en el medioambiente.

Precisamente, en un intento de dar respuesta a la necesidad social y profesional de encontrar una solución para los nuevos dilemas éticos, se creó una nueva área dentro de la ética general: la bioética.

El bioquímico y oncólogo Van Renssealer Potter fue uno de los primeros en usar la palabra bioética, en la década de 1970, y la definió como una disciplina que tiene como objetivo el estudio “al problema de la supervivencia de la humanidad”. También indicó que podría ser usada como un “puente” entre las ciencias de la vida y la ética clásica.

Por otro lado, la enciclopedia de bioética la define como el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, siempre y cuando esta esté examinada desde los valores y los principios morales que rigen la humanidad.

Principios fundamentales de la bioética

Fue en el año 1979 cuando los bioeticistas Tom Beauchamp y James Franklin Childress definieron los cuatro principios de la bioética, que ayudan a su expansión con una mayor aceptación:

  • Autonomía. Es la capacidad que tienen las personas de deliberar sobre sus finalidades personales, así como actuar bajo sus propias decisiones, sin presiones. Además, todos los individuos deben ser tratados como seres autónomos y las personas que tienen la autonomía mermada tienen derecho a la protección. Este principio tiene un carácter imperativo y debe respetarse como una norma, excepto cuando se dan situaciones en las que las personas no pueden ser autónomas. 
  • No maleficencia. No producir daño y prevenirlo. Incluye no matar, ni provocar dolor o sufrimiento, así como tampoco producir incapacidades. Es, básicamente, no hacer daño. Además, este principio es de ámbito público y su incumplimiento está penado por la ley.
  • Beneficencia. La obligación moral de actuar en beneficio de los demás o lo que viene a ser “hacer el bien”. Este principio también engloba curar el daño y promover el bien o bienestar. Además, es de ámbito privado y su no-cumplimiento no está penado legalmente.  
  • Justicia. Es la igualdad en la distribución de cargas y beneficios. De hecho, el criterio que se utiliza para saber si una actuación es o no ética, desde el punto de vista de este principio, es valorar si es equitativa. Además, incluye el rechazo a la discriminación y también es un principio de carácter público y legislado.

Cabe, por tanto, destacar que el método de la bioética es interdisciplinar y triangular. Esto es así porque en ella intervienen muchos elementos que provienen de diferentes disciplinas, como de la ciencia, la filosofía, el derecho… Por tanto, contempla temas muy variados.

Ejemplos de bioética y algunas regulaciones

La bioética se aplica en casos muy concretos que, por sus características, generan debate. Así, algunos ejemplos de estos casos son:

  • La utilización de armas químicas o nucleares.
  • La interrupción del embarazo (aborto).
  • Las transfusiones de sangre.
  • La donación de órganos.
  • La eutanasia.
  • La utilización de animales para experimentar con ellos y probar nuevas mediciones o vacunas.

Donación de sangreAsimismo, también existen cuatro campos en los que la bioética debería ser aplicada y que están relacionados con los avances científicos, puesto que si algo establece la bioética es que no todo aquello que es científicamente posible, es necesariamente éticamente admisible.

La regulación de los avances de la genética es uno de esos campos, en el que además se incluye todo aquello que está relacionado con el nacimiento, incluida la clonación.

Precisamente, existe un gran debate bioético en torno a la clonación humana. Por un lado, se encuentran los que opinan que es una nueva forma de esclavitud, que altera el valor ético de la humanidad y atenta contra la dignidad humana y su condición, así como que pone en peligro la seguridad biológica y el orden social. Sin embargo, también hay un grupo que la acepta como una nueva alternativa para la longevidad, puesto que podría ayudar a la lucha contra el cáncer o actuar como medio de protección en contra de algunas enfermedades genéticas.

Otros de los campos en los que se debe aplicar la bioética es en la regulación de los avances que pongan en riesgo al medioambiente y al planeta. Esto incluye todas aquellas prácticas que pongan en peligro los hábitats naturales, el aire o el agua, o que conllevan al calentamiento global.

La regulación en los centros de salud tiene también una gran importancia, puesto que incluye conceptos que generan mucho debate, como la eutanasia, los paliativos o los cuidados que se le dan a las personas que están en terapia intensiva. 

Por último, también se requiere una regulación en los avances y conocimientos que tengan que ver con la procreación, donde se incluye el aborto, los métodos conceptivos, la fecundación asistida y las regulaciones natales.

Maternidad subrogada y donación de óvulos y esperma anónima

Uno de los temas bioéticos más controvertidos actualmente es la maternidad subrogada. De hecho, el Comité de Bioética de España explica que esta controversia es debida a su “carácter disruptivo sobre el modo en el que la procreación humana, y las consecuentes relaciones de maternidad y filiación, han sido entendidas y reguladas hasta la actualidad, planteándose en la historia la posibilidad de disociar la gestión de la maternidad”.

La maternidad subrogada, también conocida como “vientre de alquiler”, es cuando un niño es gestado por una mujer ajena a quien, o quienes, desean tener un hijo. No se trata de una innovación tecnológica, sino que viene derivada de la fecundación in vitro.

En líneas generales, un informe elaborado por el Comité de Bioética de España expone los principios y razones que considera fundamentales a la hora de sustentar una posición coherente sobre esta práctica. Y el principal dilema es si la legislación española vigente debería de reformarse para permitir la maternidad subrogada, lo que algunos argumentan que sería una mercantilización del cuerpo de la mujer, en determinadas condiciones o si debería de mantenerse tal y como está, lo que provoca una práctica sin control sanitario alguno.

El deseo de una persona de tener un hijo es una noble decisión, pero el colectivo indica que no puede “realizarse a costa de los derechos de otras personas”.

Por otro lado, la donación de óvulos y esperma en España podría dejar de ser una actividad anónima. Al menos, así lo indica el informe que hizo público el Comité de Bioética de España, donde reconoció el “derecho a conocer su origen biológico del hijo nacido a través de las técnicas de reproducción humana asistida” por encima del anonimato del donante.

En varios países de Europa, está prohibido este tipo de donaciones anónimas, aunque la legislación española, a través de la Ley de Reproducción Asistida de 2015, sí que garantiza la confidencialidad de la persona que dona, salvo en dos ocasiones: cuando la vida del niño esté en peligro o cuando se necesite conocer al donante por un proceso penal.

No obstante, la postura de la Sociedad Española de Fertilidad es totalmente opuesta, ya que teme que si el sistema deja de ser anónimo, el número de donantes se reduzca considerablemente, como ya ocurrió en otros países como Reino Unido. De hecho, son muchas las mujeres, donde la donación no es confidencial, que viajan a España para realizar este tipo de tratamientos.

Consentimiento informado

En la relación del médico con el paciente se confrontan dos principios fundamentales de la bioética: la beneficencia y la autonomía. Precisamente, este último tiene como máxima expresión el consentimiento informado.

El consentimiento informado supone un derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y, por tanto, suponen que la intención del médico es respetar esa autonomía.

No obstante, este procedimiento no es tan sencillo como parece, puesto que debe cumplir una serie de condiciones, como son la capacidad, que engloba comprender y asimilar la información pertinente de la decisión que se va a adoptar: voluntariedad, es decir, tomar la elección sin que nadie le obligue a ello. En este punto, hay tres formas posibles de limitar la libertad del paciente:

También se encuentra el elemento informativo y consensual, que es cuando la decisión se toma tras ponderar y comprender la información. Para que el consentimiento sea aceptable tiene que ser informado y libre.

Así pues, el consentimiento informado busca respetar a la persona enferma en sus derechos y su dignidad, así como garantizar una información adecuada que le permita participar en la toma de decisiones.


Formación relacionada con la Bioética: