La empatía, un valor fundamental en el maestro para el buen aprendizaje

La empatía del profesor es clave en el desarrollo del alumno

La empatía es la capacidad de percibir, compartir y comprender (en un contexto común) lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona cuando se afecta a otra, esta es fundamental en todo tipo de circunstancias. Se ha demostrado que es imprescindible en todos aquellos que estamos en contacto directo con los niños, como es el caso de padres y educadores.

Es un valor que ejerce un fuerte poder sobre los alumnos: les motiva, estimula y es la clave para su desarrollo académico. Así lo demuestra un estudio finlandés llamado "Primeros Pasos", elaborado por la Universidad de Juväskylä y la de Turku.

El estudio es un seguimiento tras diez años de investigación sobre las trayectorias de estudio tempranas de los niños, el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura y de la motivación de los niños cuando empiezan la escuela y durante sus primeros años, y sobre los métodos de asesoramiento y las formas de cooperación de padres y maestros.

Un valor fundamental en el profesor para el desarrollo del alumno

Todos a lo largo de nuestra etapa educativa hemos tenido profesores de diferentes tipos, que hemos ido catalogando como "maestros buenos" o "maestros malos". ¿Cuál puede ser la causa de esto? Quizás una de las principales causas resida en el nivel de empatía que tenía el profesor hacia el alumno.

Trabajar en un ambiente agradable y cálido obtiene mejores resultados sobre los alumnos que la dura disciplina y la distancia con el estudiante, así lo ha demostrado el estudio. La interacción entre el profesor y el alumno es más importante que los materiales que se trabaje o el número de estudiantes en el aula.

Entre otras cosas este estudio saca a la luz que, durante los primeros años de nuestra etapa educativa, se trata un periodo crítico en el que una buena relación consigue buenos resultados:

  • Mayor motivación para aprender y estudiar.
  • Fomentar buena imagen hacia sus compañeros.
  • Satisfacción por aprender nuevos conocimientos.
  • Buena autoestima.
  • Aprendizaje no memorístico.

"Es importante que aprendamos acerca de los mecanismos que inspiran a los niños a convertirse en miembros activos de su comunidad escolar, les motivan para estudiar y establecer metas; en otras palabras, a creer en sus capacidades para lograr estos objetivos", señala el investigador.